Dieta mediterranea contra la obesidad [10-12-16]

Dieta mediterranea contra la obesidad

La obesidad y el sobrepeso han alcanzado carácter de epidemia a nivel mundial, según los datos de la Organización Mundial de la Salud, OMS. España no es ajena a este problema, siendo las cifras de obesidad infantil alarmantes para las autoridades sanitarias. En los últimos quince años se ha duplicado la cifra de niños entre seis y doce años con este problema. Entre los adultos la situación es muy similar, con un índice de obesidad del 14,5 por ciento, mientras que el sobrepeso asciende al 39 por ciento de la población. Lo que quiere decir que una de cada dos personas adultas pesa por encima de lo recomendable.

Son varios los factores que contribuyen a una población con sobrepeso. Por una parte, está el sedentarismo, que llega también a los niños con las nuevas formas de juego y ocio, y, por otra, los cambios alimenticios. Se ha abandonado la dieta más tradicional en aras de una comida más rápida que condiciona el equilibrio de grasas y proteínas.

La dieta mediterránea se presenta como una de las más equilibradas. Va mucho más allá de la utilización de determinados ingredientes, siendo reconocida por la comunidad científica por las ventajas del consumo de aceite de oliva, legumbres y frutos secos, pastas y cereales, frutas y verduras, lácteos y pescados, así como por el uso moderado del vino.

El pan es otro de los alimentos que forma parte de una dieta equilibrada. Ha sido desde siempre la base de la alimentación de la Humanidad y ha estado presente en todas las culturas mediterráneas. Es un alimento básico y sus componentes mayoritarios son los hidratos de carbono en forma de almidón. Contiene minerales y vitaminas, además de fibra. Un componente ideal en toda dieta por su condición de regulador digestivo.

El consumo moderado de vino es una característica más de los países de la cuenca mediterránea. No sólo por el tipo de alcohol consumido, sino por la manera de hacerlo, éste puede actuar como protector ante enfermedades coronarias. El papel del vino en la dieta mediterránea se empezó a sospechar después de que estudios y comparativas indicaran la disminución de enfermedades del corazón en los países consumidores de vino frente al mundo anglosajón.

Aunque es difícil recomendar el consumo de alcohol, conociendo los efectos perjudiciales cuando se consume de manera excesiva, existen numerosos estudios médicos que relacionan el consumo moderado de vino con la prevención de enfermedades cardiacas y de algunas formas de demencia.